La cruda realidad de los presupuestos del gobierno de Landaluce


Por Ignacio Holgado. El pasado viernes de dolores, nunca mejor dicho, fueron aprobados definitivamente los presupuestos para 2021 por la corporación algecireña. Unas cuentas que deberían ir orientadas a luchar contra la crisis generada por la aparición del Covid-19, nada más lejos de la realidad.


La delegada de Hacienda, María Solanes, sigue defendiendo, a capa y espada, la gestión del gobierno de Landaluce, a pesar de los numerosos toques de atención dados por parte del Ministerio de Hacienda debido a que la deuda no para de crecer, se aproxima peligrosamente a los 250 millones de euros; hasta de la Junta de Andalucía llegan misivas alertando de la difícil situación económica que atraviesa el consistorio, dato que remarcó el consejero Juan Bravo en la comisión de Hacienda del Parlamento andaluz.


La responsable de la gestión económica municipal alardea de que las cuentas "se han elaborado pensando única y exclusivamente en nuestros vecinos", no sé a que vecinos se referirá cuando han dejado en la estacada a cientos de familias que se han visto obligadas a acudir, diariamente, a comedores sociales, ya que el Ayuntamiento no ha sido capaz de atenderlas desde que se inició la pandemia.


Comedores sociales gestionados por ONG a las que el gobierno local de PP-Cs destina cantidades irrisorias, cuando las abonan, y que tienen que recurrir a ayudas privadas para poder cubrir las necesidades de las personas más desfavorecidas de nuestra ciudad; algo que resulta llamativo ya que el despilfarro en publicidad y propaganda sigue sangrando las arcas municipales.


La maquinaria de autobombo del Alcalde sigue bien engrasada como se puede comprar viendo que se destinan 1,2 millones de euros para la televisión local, 542.000 euros al departamento de Imagen y 415.000 euros al Gabinete de Prensa; sin olvidar los más 700.000 euros para pagar las nóminas de los cargos de confianza nombrados a dedo.


También hay que destacar los 1,4 millones de euros destinados al departamento de Feria y Fiestas en un año caracterizado por las estrictas medidas de seguridad sanitaria implantadas por la administración estatal y autonómica para luchar contra la expansión del coronavirus, sólo hay que recordar los duros meses de confinamiento y la limitación de movilidad que sufrimos actualmente.


El mantra de "los presupuestos más sociales de la historia" no se lo cree nadie cuando cada día se hace más evidente que el gobierno local no está a la altura de las circunstancias, la realidad le supera y sólo se dedica a intentar ocultar lo evidente, su nefasta gestión en tiempos de pandemia.

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