A las 8.30 horas del 22 de octubre, agentes del grupo PUMA acudieron a la calle Sevilla ante una denuncia ciudadana sobre la existencia de un perro de raza Akita Inu, que permanecía día y noche atado a la venta de un domicilio.
Al ser considerado un perro de raza potencialmente peligrosa, los policías comprobaron que carecía de bozal y requirieron a su propietario para que presentara la documentación del animal.
Desde el interior de la vivienda este se negó a salir, advirtiendo de que no permitiría que se llevaran al perro. El animal, que pasaba las 24 horas atado, carecía de identificación y no se encontraba inscrito en el registro municipal de perros potencialmente peligrosos para lo que se requiere una licencia especial que incluya seguro de responsabilidad civil, certificado de aptitud física y psíquica, y antecedentes penales, entre otros requisitos.
Por todo ello, se informó al propietario de que se tramitarían las denuncias correspondientes por incumplimiento de estas obligaciones y por presunto delito de maltrato animal.
El hombre, identificado como J.A.C.G, con numerosos antecedentes policiales, comenzó entonces a proferir insultos y a amenazar de muerte a los agentes, lo que motivó otra denuncia por presunto delito de amenazas graves a agente de la autoridad. El perro fue retirado por la empresa Zoosanitario y trasladado a Los Barrios.