Algeciras Club de Fútbol: Hora de volver a soñar


Recuerda servidor aquel glorioso ascenso en 2003, veinte años después, del Algeciras C.F. a la categoría de plata del fútbol español. Ante el mayor lleno de la historia del Nuevo Mirador, con más de 9.000 almas poblando apiñadas el graderío del estadio, rebasando de largo la capacidad del mismo. De aquella vuelta a Segunda División del Algeciras veinte años después, se van a cumplir precisamente otros veinte años. 


Aquella temporada en Segunda , el templo algecirista recibió a rivales de talla, como el Rayo Vallecano, Villarreal (copa), Elche, Alavés o Getafe (gallito de la categoría al que por cierto endosamos un contunde 3-0 en el Nuevo Mirador).


Ascenso a Segunda División

Pero servidor también recuerda muy poco tiempo después los años del barro. De forma literal. Tras el descenso a Segunda B, saqueo de las arcas del club por corruptos dirigentes y doble descenso administrativo, vimos pasar al Algeciras de jugar en el Estadio de Mendizorroza en LaLiga, a comernos los infames campos de zahorra de la Primera Andaluza.


Y en aquellos campos de zahorra, en Tharsis, Bornos, Tesorillo... jamás marchó solo el Algeciras. En las malas más que nunca. La afición siempre acompañó al equipo, con la enérgica alegría de los que sabían que los grandes siempre vuelven. 


Los años de la zahorra. Tharsis - Algeciras (Primera Andaluza)

Los años de la zahorra. Bornos - Algeciras (Primera Andaluza). Año de fundación de la Curva 1912.

Los años de la zahorra. Conil - Algeciras (Primera Andaluza). Desplazamiento masivo


Estuvimos al borde de la desaparición, y tras resistir, aquellos viajes por los pueblos blancos rurales de la provincia y sus campos de tierra, con precios de entradas de Champions League para la siempre en masa hinchada algecirista desplazada, nos sabían a gloría.



Los grandes siempre vuelven


Hoy el Algeciras CF se encuentra ante una tesitura radicalmente diferente a aquellos "años del barro".  Pasada la era dorada de Bernardo, la de la infamia de Tenorio, la de la resistencia de Gudiel y Correa, la del reinicio de Alfonso Álvarez, y la del resurgir del Algeciras a las aspiraciones de regresar al fútbol profesional con Nicolás Andión al mando, el club de La Menacha afronta hoy tanto de forma institucional como deportivamente el momento más importante de su centenaria historia.  


En lo institucional, está a punto de culminarse el proceso de transformación del club a Sociedad Anónima Deportiva, de la mano del empresario burgalés Félix Sancho, que como futuro accionista mayoritario del Algeciras C.F. recoge un histórico legado de más de cien años de historia, y cuya ambición lleva a la profesionalización del club y regreso cuanto antes a LaLiga SmartBank. 


En lo deportivo, lo cierto es que la situación es inmejorable, con el objetivo a punto de caramelo y a solo  un punto del play off. Además, nos encontramos ante uno de los mejores momentos que recuerdan los algeciristas en décadas. El resurgir de la afición albirroja, que ha entrado en la recién creada Primera RFEF como elefante en cacharrería, recibiendo los halagos de todos los periodistas y medios de comunicación nacionales, no es casualidad. 


La hinchada algecirista, no abandonó jamás a los suyos ni siquiera en regional, y hoy vibra de nuevo por ver a su equipo en lo más alto, con la confianza de regresar cuanto antes al lugar que por historia y afición jamás debió abandonar.


Oportunidad histórica 


El Algeciras, una vez amarrada virtualmente la permanencia, se encuentra de nuevo ante una de las mayores oportunidades históricas que contemplaron los años. El espíritu de Almendralejo, ronda aún en los pensamientos del algecirista, que quiere volver a repetir gesta esta temporada y conocer de paso las maravillas de Galicia en un play-off de ascenso que estará cargado de emociones.


Espíritu de Almendralejo. Foto: La Nueva Información

Ya sin presión alguna, con los pies en el suelo y la mirada en las estrellas, el Algeciras afronta este domingo su primera final por situarse en una buena posición de cara a la lucha final por la promoción. 


Tras la marcha de Salva Ballesta del banquillo de La Menacha, el actual comandante algecirista Iván Ania lo tuvo claro desde el principio: "Vamos a ser ambiciosos. El objetivo es la permanencia, pero queremos el premio gordo". Ania, con cuatro años de contrato y con el objetivo de devolver al Algeciras a Segunda en este periodo, se encuentra nueve meses después de su firma a un paso de ese premio gordo, metiendo al conjunto albirrojo entre los cinco primeros.


La hora de la afición


Llegados a este punto, con un gran equipo técnico y humano que ya ha certificado el primigenio objetivo, y ante una coyuntura excepcional a seis jornadas del final, que cualquier algecirista hubiese firmado al inicio de temporada, ha llegado la hora de la afición. 



La hora de volver a soñar, la hora de llenar el Mirador e insuflar a los jugadores el ánimo y la ambición colectiva. 


Porque todos sabemos que el Algeciras no pasó de Primera Andaluza a rozar el pasado año el ascenso a LaLiga Smartbank por casualidad. La afición lo es todo. Un club sin afición siempre estará condenado a desaparecer. Un club con afición alcanza hasta lo imposible. 


Llegó el turno de los algeciristas. Este domingo, llenemos el mirador.

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