El Paseo del Prado Patrimonio Mundial, y Andalucía, ¿qué es?



Por Manuel Jesús Garnica Corbacho. Basta con mencionar el nombre de Madrid y salta a la vista la exaltación patriótica del nacionalismo más centralista del país. Basta con encender la televisión y escuchar las noticias de España, pero ojo, siempre con el centro de atención en la Capital del Reino, donde se desarrolla las noticias menos relevantes para el verdadero interés de la sociedad española, y muy a pesar, también de la sociedad andaluza.


Hoy en día, estamos acostumbrados a obedecer la jerarquía, y esta se inmersa en la jerarquía geográfica de los términos municipales. Madrid y su área metropolitana está compuesta por unos siete millones de habitantes. Sin embargo, este país lo forma casi 47.000.000. Se está olvidando, dejando de lado, a los 40 millones de españoles que no viven en Madrid y que no les interesa absolutamente nada lo que pase en la Gran Vía.


La centralización del Estado es tan extrema, que nos enteramos antes de un incendio en Madrid que de uno en Cádiz, de las mismas proporciones. O nos enteramos que Madrid entra en la lista del Patrimonio Mundial y nos olvidamos que Andalucía es uno de los pueblos donde tenemos más lugares Bien Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como La Alhambra, el Centro Histórico de Córdoba, la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias en Sevilla, el Conjunto monumental renacentista de Úbeda y Baeza, el Parque Nacional de Doñana, el Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera, Medina Azahara e incluso el Flamenco, nuestro cante jondo.


Así, ha llegado la hora de exaltar que Andalucía existe culturalmente, y que frente al centralismo artístico, decir con voz alta que nuestra Tierra es la cuna de las civilizaciones, que es la Tierra de los Tartessos y de los Andalusíes, los dos Pueblos andaluces que más nos han ofrecido y que más legado nos ha dejado.

 

 En Andalucía tenemos una riqueza monumental y arqueológica que ni siquiera se le ha concedido desde Madrid poder ser estudiada. Necesitamos conocer nuestro pasado y atrevernos a saber a ciencia cierta qué es lo que fuimos. Qué fue Andalucía. Todos los pueblos conocen su historia, el pueblo gallego, el vasco, el catalán, e incluso el madrileño. Y nosotros, los andaluces, ni siquiera estamos concienciados que en la tierra que hoy pisamos, hace años hubo una gran civilización que se convirtió en la Reina del Mediterráneo, como Tartessos, quizás los padres de Grecia y su mitología.


No conocemos nuestra Historia, el centralismo español se opone. No quieren que los andaluces tengamos el valor de cambiar la política administrativa. Claro está en el abandono de importantes yacimientos que han sido y son abandonados, como Carteia, Al-Yazirat Al-Hadra, Asta Regia, Munigua, Iulia Traducta, etc.


Pero apartándonos del camino tartésico al que parece ir este artículo, quiero centrarme en Itálica, aquella ciudad romana de Sevilla, una de las más importantes del Imperio Romano, que ha dejado un legado arqueológico espectacular, al cual la UNESCO le ha negado entrar a la lista de Patrimonio Mundial.


El hecho de que el Paseo del Prado haya entrado en esa lista y que Itálica no, es un gran ejemplo del centralismo al que los andaluces estamos expuestos.

Itálica es fundada en el año 206 a.C. y llegó a ser habitada hasta el Siglo XII, aproximadamente, asentándose en dicho municipio una avalancha de civilizaciones prósperas. Incluso, en la ciudad nació dos de los más importantes emperadores romanos, Adriano y Trajano, y esto señala la importancia de la ciudad para Roma.


Podemos encontrar un espectacular anfiteatro, un resplandeciente y conservado teatro romano, las magníficas termas y las clásicas casas con sus mosaicos rehabilitados y un sin fín de patrimonio histórico que es rechazado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.


Lo que todos nos preguntamos, es: ¿Acaso tiene más valor el Paseo Del Prado? Está claro que no. No tiene sentido catalogar como Patrimonio Mundial a un parque, por muchos museos que haya dentro de este. Porque realmente, lo que se está queriendo poner en valor son los Museos del Thyssen, Reina Sofía y el Prado, pero esto es un grave error. Catalogarlos como Patrimonio Mundial hace disminuir la importancia de otros museos internacionales, tan importantes (o incluso más) que estos y que no tienen esta “medalla”, como por ejemplo el Louvre o el Metropolitan.


Nuestra misión es clara, conseguir que Itálica, esas ruinas de Santiponce, se conviertan en Patrimonio Mundial. Agrandar nuestra lista de riquezas arqueológicas del pueblo andaluz y hacerles enseñar al público la verdadera Historia de Andalucía, alejada de los tópicos impuestos desde esa misma Madrid. Porque es necesario volver a ser lo que fuimos, y que por supuesto, todavía somos.

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