Los restos de seis personas han aparecido en la fosa que fue localizada con las prospecciones y catas realizadas aquí mismo en julio del año pasado. Los de las otras cuatro han sido descubiertos en una fosa parcialmente alineada con la primera.
Los trabajos están dirigidos por el arqueólogo Jesús Román Román y con él colaboran otras dos arqueólogas, una antropóloga y dos auxiliares. También se han sumado al equipo, como voluntarios, dos familiares, entre ellos un estudiante que es bisnieto de una persona fusilada y posiblemente enterrada en este cementerio.
La Diputación Provincial de Cádiz es la que financia y ejecuta esta exhumación que se realiza al amparo de la Ley de Memoria Democrática de Andalucía aprobada por el Parlamento andaluz en 2017. El Ayuntamiento de Jimena colabora en la exhumación y se espera que la Mancomunidad del Municipios del Campo de Gibraltar ayude también en la financiación de estos trabajos que van a continuar al menos hasta mediados del mes de agosto.
Los trabajos se están haciendo de manera manual y muy minuciosa. Esta exhumación está siendo muy diferente y más dificultosa, en el plano técnico, que la que se llevó a cabo en el cortijo del Marrufo en 2012. La razón es que el patio del cementerio estuvo activo como lugar de enterramientos para personas sin recursos o abandonadas hasta los años 70. La del Marrufo se hizo en una claro del monte donde los únicos enterrados eran los fusilados. Aquí, los arqueólogos, antes de llegar a las fosas de los represaliados, tienen que tratar con todo respeto y hacer los registros pertinentes con todos los restos de los enterramientos normalizados.
Han aparecido también varios osarios, cuyos restos hay que estudiarlos también muy detenidamente porque algunos enterramientos normales se hicieron cavando y rompiendo la continuidad de las fosas de los represaliados y algunos de sus restos acabaron desplazados por las nuevas tumbas o en los osarios.
La segunda fosa descubierta se extiende hacia debajo de la crujía central levantada en los años 70 en este patio. Parece que para retirar los restos aquí hallados solo va a ser necesario romper el acerado que la rodea, pero no se puede descartar que bajo esta crujía existieran una o varias fosas con represaliados.
Jesús Román afirma que de todas las personas fusiladas en el municipio de Jimena es posible que en las fosas comunes del cementerio fuesen enterradas unas 35 ó 40.
Estas víctimas no son solo las fusiladas en las sucesivas oleadas represivas: la del verano de 1936, la de la vuelta de la población huída a Málaga de febrero y marzo de 1937, y la del fin de la guerra en 1939. “Aquí se estuvo enterrando a represaliados hasta los años 50. Documentadas están hasta esa fecha las muertes de guerrilleros antifranquistas o sus enlaces asesinados en aplicación de la Ley de fugas “, explica Román. Estos enterramientos de guerrilleros o enlaces es posible que no estén hechos en fosas comunes, sino de manera individual, pero sí es posible detectarlos por los signos de violencia o disparos en sus restos y por la misma disposición poco respetuosa de los cadáveres.
La exhumación está recibiendo visitas de familiares que se interesan por la marcha de las labores y están esperanzados con poder hallar y dar un entierro digno a los restos de sus antepasados. La relación de jimenatos fusilados en este municipio o en otros, incluidos los vecinos de otros municipios fusilados en éste, alcanza la cifra de 98 personas, según el libro de José Manuel Algarbani Y Jimena se vistió de negro.
A esta lista hay que sumarle los nombres y apellidos de otras 20 personas facilitadas por familiares de asesinados a las que entrevistó un equipo del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar en 2019. Los nombres de esas 20 personas tampoco figuran en el cenotafio en memoria de las víctimas del franquismo que existe en el cementerio municipal desde hace varios años.