La enigmática historia que se encierra tras los muros del hotel Reina Cristina de Algeciras siempre ha dado pie al misterio.
No en vano, es uno de los hoteles más antiguos de Andalucía, y en él se han hospedado grandes personalidades, entre los que destacan Franklin D.Roosevel, Winston Churchill, Federico García Lorca, Ava Gadner, Orson Wells, el Rey Alfonso XIII, Arthur Conan, el general Charles de Gaulle, el Mariscal Petain, las reinas de Bélgica e Italia, el Rey Juan Carlos I... entre muchísimos más.
En este mismo hotel tuvo lugar además la trascendental conferencia de Algeciras que cambiaría para siempre el rumbo de la historia. Por otro lado, los jardines del Reina Cristina guardan aún los vestigios de la mezquita mayor del antiguo reino musulmán y restos de sus murallas medievales.
Pero el episodio del que vamos a hablar hoy, trata de la actividad del hotel durante la Segunda Guerra Mundial, que sin duda aventuramos podría dar para una serie en Netflix. Y es que el hotel algecireño, se convirtió en un auténtico nido de espías nazis durante estos años. La importancia de no ser descubiertos les llevaría a utilizar pasadizos dentro hotel.
A través de un pozo, que aún podemos encontrar junto a la piscina del hotel, pasando quizá desapercibido por los miles de turistas desconocedores del secreto que guarda, se accede al túnel principal que los espías nazis e italianos utilizaban frenéticamente durante su estancia en Algeciras.
A través de lo que es hoy la sala de máquinas, se encuentra la otra entrada del túnel. Desde ella se adentraban en un pasadizo que recorre el subsuelo del Reina Cristina, llegando hasta una caseta a las afueras del hotel, hoy tapiada, donde aún permanecen otros dos grandes pozos, que los espías utilizaban para entrar directamente desde las aguas de la bahía, evitando así ser descubiertos por sus enemigos. Ambos grandes pozos, conducen hacia rutas completamente distintas del mar.
Se tiene constancia además de otro túnel, que inicia en una de las habitaciones del ala izquierda del hotel, y que llevaba hasta la playa del Chorruelo, hoy ya enterrada por el Puerto de Algeciras.
A través de estos túneles, se sabe que dos espías italianos se sumergieron en la Bahía para poner sendas bombas lapas en varios buques ingleses, y de nuevo volver sin ser pillados.
También conocemos la existencia de una mujer que realizó labores de espionajes en el hotel. Larissa Swirski, apodada la Mata Hari del Sur, una agente secreta nazi cuya misión era espiar los movimientos navales frente a Gibraltar. Una bella y dulce mujer de la que nadie llegaría a imaginar trabajaba para Hitler.
Pero no solo agentes alemanes e italianos actuaban en Algeciras, también los ingleses intensificaron en la ciudad las labores de contraespionaje, alojándose en otro hotel de la ciudad, el Anglo Hispano, cuyos muros también guardan secretos.
El devenir de la Segunda Guerra Mundial, se pudo jugar en Algeciras, donde se producía una de las grandes batallas, la del espionaje. Y es que el propio Hitler, momentos antes de su muerte en el búnker berlinés, llegó a decir que no haber tomado el Peñón de Gibraltar fue el "mayor" de sus errores.