Manuel Castillo García tiene 68 años. Vive desde hace seis en una casa de la calle Fernando III de La Bajadilla. Utiliza un andador porque a consecuencia de un ictus camina arrastrando la pierna izquierda y se cansa con facilidad. Sufrió cáncer de colon del que fue operado y por eso lleva siempre una bolsa para sus excrementos y una sonda y otra bolsa para la orina. También tiene un trozo menos de hígado, al que llegó la metástasis del tumor de colon. Manuel vive de una pensión no contributiva de 392 euros.
La casa que habita pertenecía a su hermana María, con la que vivió hasta que en 2015 ella desarrolló una enfermedad que la hace dependiente y se fue a vivir con su hijo. La casa había sido vendida a unos familiares de Alemania en 2007. María tenía el usufructo para seguir viviendo en ella siempre que la dejara un mes libre cada año para que los compradores la ocuparan en sus vacaciones. Cuando María dejó de vivir en ella sus propietarios quisieron ocuparla pero Manuel Castillo no tiene donde ir y se niega a abandonarla.
El juzgado Número 1 de Primera Instancia de los de Algeciras tiene previsto para primeros de octubre desalojar la casa para entregarla a sus dueños. Manuel dice que él no se va, por lo que es probable que tenga que ser desalojado. Este vecino de La Bajadilla se quedará sin techo si alguien no lo remedia antes.
Los servicios sociales del Ayuntamiento de Algeciras conocen el asunto desde mediados de mayo. Juan Corbacho Castillo, sobrino de Manuel, hijo de María y representante de la Asociación de Vecinos La Cañá, informó personalmente del asunto al alcalde, José Ignacio Landaluce.
En plena campaña para las municipales, Landaluce le dijo a Corbacho que lo dejara en sus manos que lo iba a arreglar. Una semana después una trabajadora social del Ayuntamiento llamó a Juan y desde entonces han comenzado unas gestiones que a día de hoy no han dado el fruto esperado. Manuel está a punto de quedarse en la calle y a Juan Corbacho le dijeron hace unos días que la situación de dependiente de su tío exige el ingreso en una residencia con capacidad para atender a este tipo de personas y que conseguir una plaza va a llevar meses.
Corbacho afirma que no puede decir que el Ayuntamiento no haya hecho nada pero insiste en que la emergencia que requiere el caso exige más agilidad y una respuesta más contundente de los servicios sociales municipales. “Es cierto que ahora le llevan la comida a casa, pero el desahució está ahí ya y mi tío no se puede quedar en la calle tirado”, afirma Corbacho. “Creo que el proceso se está alargando demasiado. Hace cinco meses que informé al alcalde y a una trabajadora social que después se fue de vacaciones y luego me ha atendido otra”, añade. Corbacho explica que éste es un caso de emergencia social: “La gravedad del asunto lo exige: Mi tío es una persona enferma, necesita atención y lo que me dicen de que me lo lleve a una pensión no es serio. No es solución. Lo puedo llevar una semana o dos mientras se le encuentra plaza en una residencia, pero una persona con sus necesidades no puede vivir solo en un pensión”.
La Asociación para el Desarrollo Social Transfonterizo CREHAS exige del Ayuntamiento de Algeciras una actuación más decidida y eficaz para garantizar a Manuel Castillo un techo y la atención que como persona y enfermo merece. CREHAS considera que este caso ilustra cómo los servicios sociales de Algeciras están desbordados y cómo la Ley de Dependencia se incumple sistemáticamente en esta ciudad por falta de medios, personal en infraestructuras.
La construcción y puesta en funcionamiento de una residencia municipal para personas sin hogar debe ser una prioridad para una ciudad como Algeciras. Los altos niveles de pobreza, precariedad y desestructuración familiar que padece esta ciudad hacen urgente la construcción aquí de una residencia municipal como los que funciojnan en otras ciudades andaluzas no tan necesitadas como ésta.