Decía aquella mítica canción que Algeciras “tiene cuatro o cinco playas que valen una fortuna”. Siempre nos acordamos de Rinconcillo o Getares, olvidando otros lugares especiales que (aún) quedan en nuestra ciudad.
El pequeño paraíso de Cala Arenas, se encuentra situada en un lugar escondido de Algeciras, en la costa acantilada de los Cerros del Estrecho, entre la Punta del Fraile y las ruinas de un antiguo cuartel de la Guardia Civil.
Con a penas un kilómetro de longitud y unos 30 metros de ancho, sus aguas turquesas, limpias y cristalinas, son una de las principales señas de la playa.
 |
| Foto: Las puertas de la Atlántida. |
Enclavada en lo más agreste, salvaje e inaccesible de las costas del Estrecho, está playa paradisiaca se encuentra a salvo del turismo de masas, en un lugar realmente encantador y lleno de magia, ideal para pasar un día de ocio en el Campo de Gibraltar.
Los fondos marinos que rodean la Cala Arena son de una extraordinaria belleza y riqueza, que hacen el lugar idóneo para los amantes del buceo.
Además, el entorno de la Cala Arena guarda varios yacimientos arqueológicos púnico de notable interés consecuencia de la estratégica posición de ésta en el Estrecho de Gibraltar y el fácil desembarco que garantiza el lugar.
De este modo se conoce la existencia de un pequeño puerto de origen púnico con una atalaya de vigilancia, una construcción defensiva medieval denominada Recinto del Cerro de la Horca, una torre vigía construida en el siglo XVI, la Torre del Fraile o Torre de la Canutos, y un fuerte del siglo XVIII llamado Fuerte de San Diego.
La torre es el edificio histórico más antiguo de los conservados en pie en toda Algeciras. Permaneció en funcionamiento hasta principios del siglo XX.
Pese a todo, muchos usuarios sostienen que la playa sigue en progresivo deterioro, sin que nadie mueva un dedo para su conservación.
