El sendero de la duna de Bolonia, uno de los mejores del mundo


El sendero de la duna de Bolonia es una de las dos rutas oficiales que tiene establecida la Junta de Andalucia en la zona. La otra es el sendero que comunica Bolonia con el faro de Camarinal.


A lo largo de la playa de Bolonia, este sendero nos permite sentir el mar, así como ver las arenas de las dunas desplazándose por la ensenada, movidas por el viento.


Esta ruta es muy sencilla y corta, apenas 1 km. No tiene prácticamente desniveles y la única dificultad es que en parte se realiza por arena, lo cual en días de calor puede ser algo pesado y dificil para personas con problemas de mobilidad.



Los alicinentes de este paseo son poder ver la duna de cerca, pasar junto a las Ruinas de Baelo Claudia y disfrutar en general de las vistas del mar y los ecosistemas costeros típicos.


La ruta se inicia en los aparcamientos que hay entre El Lentiscal y las Ruinas de Bolonia.





La primera parte del camino transcurre por una cómoda pasarela de madera en la que veremos la playa en todo su esplendor y pasaremos el antiguo poblado de pescadores que tuvo que ser desalojado para excavar las ruinas.




Pasados 400 metros termina la pasarela de madera y empieza el tramo de arena que transcurre paralelo a la parte sur de Baelo Claudia y nos permite ver por ejemplo las piscinas de producción de salazones.


El camino vuelve a ser de madera para terminar en un bonito mirador en el que la duna se nos presenta en toda su magnitud y las vistas casi quitan el aliento.




Al paso por la playa, la ruta discurre al límite inferior de las ruinas romanas de Bolonia (lo que constituye el conjunto arqueológico de Baelo Claudia), divisándose desde el mismo la antigua factoría de salazón de pescado donde los romanos fabricaban la famosa salsa garum. A la izquierda del sendero se bordean los lagoons típicos de las playas de Tarifa. En estas charcas formadas en la arena de la playa por los efectos de las subidas de marea, se encuentra una importante avifauna entre las que destacan los vuelvepiedras, correlimos, archibebes y gaviotas. Durante este recorrido la vegetación está integrada principalmente por barrón, cardos y azucenas de mar.



Llegados al pocito, donde acaba el tramo sobre las arenas, ejemplares de enebros acompañan al barrón y a las azucenas y cardos de mar. Unos pasos más adelante y tras pasar una pequeña mancha de retamas, el sendero se adentra en el pinar y asciende ligeramente paralelo al frente dunar. Casi a los pies de la Duna de Bolonia, la vereda deja el pinar para abrirse de nuevo en la playa, donde se encuentra el final del paseo. Desde aquí, las vistas de la Duna resultan impresionantes.

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