A las 18:42 minutos aparecieron los primeros pasajeros por la puerta de salida de los ferries de Tánger en el puerto de Algeciras. Tras un viaje pesado, con retraso y con dos horas de cola y papeleo para acceder al barco, el desembarco en Algeciras se produjo con tensiones.
Al abrirse la pasarela para salir de la nave de Balearia, había una gran aglomeración de pasajeros, sin ningún orden, que estaban impacientes por dejar el barco. Algunos viajeros han declarado a La Nueva Información que cuando se abrió la puerta, no había ningún tipo de orden ni control, por lo que se produjeron empujones, pistones, tensión en el ambiente, gritos, ansiedad y algunas peleas.
Un pasajero contó cómo le dio una patada a otro para poder coger su equipaje y, también, por saltarse la cola le dio otra en donde acaba la espalda. Las ganas de salir de todos y las prisas de algunos, que se justificaban porque debían enlazar con algún vuelo desde Málaga o Sevilla, así como el desorden entre el equipaje, produjeron esos momentos de tensión, en medio de personas mayores, niños, bebés y alguna embarazada. Hacía un calor asfixiante dentro del barco y faltaba el aire, sentían ahogo, por lo que muchos se quitaron las mascarillas para poder respirar mejor. Esperemos que esto no sea un problema, puesto que para estar en este barco, había que dar negativo en covid.
Ya pasado el control de aduana con la Guardia Civil, salían al exterior, al aire libre, donde La Nueva Información los esperaba, al igual que otros medios de comunicación para preguntarles por su experiencia. Muchos, ya aquí, experimentaban alegría y se escuchó algún grito de “¡viva España!”. Otros salían nerviosos por continuar el viaje y no perder el enlace con algún avión en Málaga o Sevilla. Otros estaban como desorientados, cansados, con ganas de tranquilidad.
A partir de aquí, la mayoría debía proseguir el viaje hasta sus casas. Para ello, algunos contaban con familiares y amigos que venían a recogerlos y se les veían contentos de verlos. Vimos algunas escenas de afecto, chillar sus nombres, se abrazaban, saltaban y sonreían. De estos, algunos se quedan por el Campo de Gibraltar, Sabinillas u otros puntos de la Costa del Sol. Otros, en grupos a partir de cuatro a diez personas, tomaban vehículos con conductor, tipo VTC o incluso había algún minibus esperándoles. Los destinos a donde se dirigen esta noche son Málaga, Sevilla y Madrid, principalmente. También hubo pasajeros que tomaron un taxi, con dirección a algún punto de la Comarca del Campo de Gibraltar, y de fuera, un usuario del taxi nos dijo que iba a Málaga. En el aparcamiento del puerto se les veía cargar los maleteros y las bacas de los vehículos.
Llamaba la atención la cantidad de gente joven que iba cargada con tablas de kitesurf y material deportivo. Y es que Esauira y otras zonas del sur de Marruecos están de moda para deportes relacionados con las distintas modalidades de surf. Son, seguramente, los que menos han respetado las recomendaciones de quedarse en casa, o por lo menos cerca. Quizás por eso han sido los más reacios a hablar con la prensa, algún sentimiento de poca responsabilidad tendrán.
Otros han estado en Marruecos por otras razones. Hemos conocido un médico que se encontraba en el país alauita para prestar sus servicios. Otros iban a sus casas en Marruecos, a estar con sus familiares y amigos. Y muchos eran turistas, sobre todo de Barcelona y Madrid, que estaban disfrutando de sus vacaciones y el cierre del espacio aéreo les cogió por sorpresa, también viajando en unos momentos en que no era aconsejable.
Así ha sido la llegada de este primer barco, el martes llegarán el segundo ferry con otro grupo de entre 750 u 800 personas. Esperemos que para esta futura vez las autoridades competentes y la compañía a la que pertenece este próximo barco, Armas-Transmediterránea, pongan las medidas necesarias para que el desembarque se produzca sin incidentes como los que se han vivido esta tarde.