Verdemar lamenta el uso indiscriminado de petardos en el Campo de Gibraltar



Vivimos inmersos en una lamentable cultura del ruido que afecta a la convivencia, en concreto, al derecho al descanso y a la tranquilidad de los demás. Debido a una educación que le ha prestado poca atención a este problema, esta cultura se manifiesta en muchísimos contextos de nuestra vida (en el trabajo, en la movilidad a motor, en las fiestas o en el tono de nuestras conversaciones en el bar o en la calle). Existe, además, una exagerada inconsciencia y permisividad, por parte de las autoridades comarcales sobre las molestias que genera el ruido, sobre todo, en las situaciones en las que es evitable o reducible.


El abuso de los cohetes, petardos y otros artificios pirotécnicos son un claro ejemplo de lo anterior, amén de un reflejo más de la indiferencia ecológica de una parte de la población. Quienes hacen uso de ellos campan a sus anchas y, sin importarle las molestias que ocasionan en el prójimmo y en otros seres vivos, los lanzas indiscriminadamente, incluso a horas interpestivas, sin limitación alguna. 


Además en la mayoría de las ocasiones por menores sin si quiera supervisión de adultos. Por otra parte, hay una preocupación creciente en la población por el control del material pirotécnico, ya que su uso incontrolado provoca daños en la salud y en el medio ambiente y perturba la convivencia ciudadana. En la comarca las ordenanzas municipales que regulan el empleo de este material pirotécnico y la normativa existente a nivel estatal y autonómico es absolutamente ignorada e incumplida, del mismo modo que la ordenanza del ruido o las normas subsidiarias en el Campo de Gibraltar, pues esta últimas no permiten el uso de la vía pública para el lanzamiento de petardos y cohetes.


Desde Verdemar Ecologistas en Ecologistas en Acción le pedimos a la población que, por conciencia ambiental, se abstenga de hacer uso del material pirotécnico, por ser algo perfectamente prescindible. Al mismo tiempo, consideramos que los Ayuntamientos les ha llegado la hora de poner fin a la barra libre existente con este asunto – regulando mediante ordenanza municipal su uso – y no solo por el ruido, sino también por la innecesaria contaminación química que origina el uso de petardos, cohetes y fuegos artificiales.


En cuánto a la contaminación acústica, la Organización Mundial de la Salud sitúa en los 65 dB el límite recomendable de sonido apto para nuestra salud auditiva. El estallido de un cohete o de un petardo «gordo» puede alcanzar hasta 190 decibelios, que es más de lo que el oido adulto puede soportar, por lo que los tímpanos de los bebés -al ser más vulnerables- están más expuestos al daño (lesiones de oido).


Lo que para unos es una tradición, para otros es un infierno. Si ya de por si es fastidioso para muchas personas sanas escuchar una y otra vez el estallido reiterado del cohete, para personas mayores enfermas que necesitan estar en absoluto reposo es una verdadera tortura. La explosión afecta también a personas con hipersensibilidad sensorial, como es el caso de las personas autístas.


Pero, tal vez, quienes más lo padecen son los animales (perros, gatos, aves, etc.) al ser su oido mucho más sensible al ruido que el nuestro. El fuerte estruendo les provoca una reacción de pánico y angustia, que se traduce en taquicardia, jadeos, dificultad para respirar, temblores y, a veces, en muerte.


Verdemar entiende que se trata de convivir con respeto y educación, y es necesario que las pirotecnias ofrezcan producto para todos los tipos de clientes y necesidades. Hay que respetar las tradiciones y la cultura de toda la vida, pero también atender a las demandas de determinados grupos sociales o determinados tipos de consumidores de pirotecnia siempre que sea posible. No se trata de prohibir la pirotecnia. Se trata de apelar al sentido común y a la educación responsable de los consumidores y aquellos que se dicen afectados.


Cada vez son más los amigos y consumidores que demandan este tipo de pirotecnia sin ruido y silenciosa. Porque, en muchísimas ocasiones, son gente amante de la pólvora y la pirotecnia pero tienen una sensibilidad diferente o una circunstancia determinada. Porque también les apasionan las tradiciones y, a veces, desconocen que existen multitud de productos pirotécnicos sin estruendo e igualmente emocionantes.


¿Qué es la pirotecnia silenciosa o sin ruido?

Los petardos o fuegos artificiales silenciosos no son algo nuevo. Sin embargo, es ahora cuando cada vez están logrando un auge mayor, como pirotecnia diferenciada, en una sociedad concienciada con las minorías y que respeta, comparta o no, todas las opiniones. Para muchos traicionan el espíritu ruidoso de la pirotecnia tradicional, porque asocian la pirotecnia a ese ritmo de los sonidos más o menos fuertes.

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