Somos especiales. Para lo bueno y -sobre todo- para lo malo. No hay nada que hacer. Nada nuevo bajo el sol. Tenemos lo que nos merecemos, y así vamos a seguir.
La manifestación convocada ayer en defensa de un tren digno, dejó algunos momentos de cierta indignidad. No por los centenares de campogibraltareños que acudieron a la llamada, sino por aquellos que, a golpe de cámara y micrófonos, se dejaron ver en busca de una instantánea que expíe su culpabilidad en el asunto del tren.
No sorprende ya la sinvergonzonería -por nuestra “especialidad”- de que acudan ciertos representantes políticos, absolutos culpables de forma indirecta (e incluso directa alguno) del olvido al que está relegado el Campo de Gibraltar.
Lo realmente vergonzoso (y preocupante) es ver como estos políticos se encaraman en la cabecera de la manifestación, tras la pancarta, como si con ellos no fuera la cosa. ¡Hay que joderse!
¿Es necesario recordar al señor presidente mancomunado que su partido gobierna España, sin poner solución alguna al grave problema ferroviario de la comarca? ¿Y al excelentísimo alcalde su voto en calidad de Senador contra la conclusión del tramo Algeciras-Bobadilla del Corredor Mediterráneo?
Ya lo escribió, ¡en 1913!, Juan Pérez Arriete: “el pueblo de Algeciras, está dormido. El pueblo de Algeciras, es indiferente; pero de tal modo, que lo mismo le importa que le dejen morir, como que le prodiguen beneficios. Todo para él es igual.”
Y es que hay cosas que no cambian... los algecireños asienten y se “encogen de hombros”, mirando con “gesto frío” los atropellos, los abusos, las deficiencias. La “horrible indiferencia”, que diría Arriete.
Pero es de justicia, señalar que no todo es desesperanza. Mención especial merece Andalucía Bay, cuya lucha -silenciosa y silenciada- llevan meses desarrollando de forma ininterrumpida en la Plaza Alta. Estuvieron ayer, y seguirán hoy. Como cada viernes a las 19:00.